14 feb 2010

Noche GOYESCA


 Esta noche se reconoce el esfuerzo de las gentes que trabajan en la industria del cine español; aunque imaginamos que, ni son todos los que están, ni están todos los que son. Pero sobre todo,  noche dedicada a   paladares glamourosos,  a la alta, media y baja costura, a sandalias y zapatos Manolo Blanick y similares, a sedas, brocados, muarés y muselinas, diamantes y pedrerías, largos de falda maxi, midi y mini y a lo que, en el argot del modisteo, llaman escotes de vértigo para las que tengan buenas peras, y para las que no, siempre hay remedios: un buen guonderbrá y que el escote les recorra el espinazo. Auguro una velada de grandes brillos, pómulos lacados por Elizabeth Arden y Lancôme, boquitas pintadas (Manuel Puig, te recordamos), peluqueros de los nervios dando los últimos golpes de peine, cardando y alisando... Y sobre los actores varones, qué decir, pobrecillos:   trajes negros , zapatos de tafilete, y las sempiternas pajaritas anudadas a sus sufridos gaznates ... qué tristeza monocromática.
Bueno, no me extiendo más, que se me hace tarde. Tomaré una ducha (o mejor un baño, un día es un día),un cepillado de dientes a fondo, con su seda dental incluida, unas gotitas de agua de colonia en el cuello , sándalo o vetiver, no sé...   sacaré mis mejores galas,  y, como todos los años, me sentaré frente a la tele para ver cimbrearse por la alfombra verde, sobre sus coturnos, a nuestras más bellas y mejores actrices. Una copita de Dom Perignon no estaría mal.
Ah, que esto va de cine: mi peli favorita es El secreto de sus ojos.

6 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Celebro que disfrutes tanto con los Goya... yo, la verdad, no acabo de encontrarles el punto. Quizás si hicieras tú los decorados...

Mcartney dijo...

Caro Caru:
Yo me apunto a la 211.
Espero no ser nunca galardonado con un premio, me da verdadera grima eso de los esmokings y los fracks.

Eastriver dijo...

Soy de gala también, qué quieres, se lleva en la sangre. Tantos que dices que si es aburrida, que si es monótona... a mí no me lo parece. Pero este domingo no te secundé: salimos a cenar. Aunque me gusten las galas si tengo un plan mejor ni lo dudes... Pero si hubiera estado en casa me hubiera conectado sin duda alguna.

Este año había visto solo la de Almodóvar, no me gustó, lo mejor Lola Dueñas de lectora de labios, y El secreto que no está mal pero tan buena, tan buena, tampoco es. Peli en que sale una chica corriendo tras un tren en una estación ha de estar muy bien contado y tengo que creérmelo mucho. Y no me lo creí (aunque sí me creí la historia del encarcelamiento, etc.)

He leído también las crónicas de El pais y El mundo. En el primero dejan muy bien a Buenafuente, los fachas en cambio le llaman Malafuente. En fin, que es espantoso lo burros que son para poner nombres. Una abraçada.

Caruano dijo...

Miguel, gracias por el comentario, pero, como sabes por mis anteriores post, si yo hiciera los decorados, llenaría el escenario de sillas y mejillones. Estoy en esa fase, que le vamos a hacer. Un abrazo

Caruano dijo...

Sir Paul, Sé que puede sonar a pecado (venial) pero no he visto Celda 211. Afortunadamente, después de los premios recibidos, se quedará un tiempo largo en la cartelera. Sobre los esmoquines y fraques, qué te voy a decir, donde esté un buen "marcelino" de pura lana virgen...
Un abrazo

Caruano dijo...

Ramón, yo, si hay un plan mejor, tampoco lo dudo, que le den a la gala, a los galanes y a las galanas.
Coincido en lo de Almodóvar, salvo unas cuantas escenas muy bien pintadas, como la de la Dueñas, el principio con Kira Miró, la escena de la sábana, etc... que vols que te digui...
El secreto... ya es otra cosa. No sólo vi una peli-denuncia sino varias historias, algunas de amor y amistad, muy bien engarzadas. La escena blandengue de la chica corriendo... pues bueno, después de lo que me transmitió la cinta, tampoco la veo tan mal. Pero como tú bien sabes, valorar una obra de creación es difícil, confluyen muchos... (qué te voy a contar).
Me gusta que la gente disienta y valoro un montón tu comentario. Buenafuente, genial, diigan lo que diigan... los demaás.
Un fuerte abrazo.